Barcelona solicitó árbitros extranjeros para las últimas cuatro fechas de la liguilla pre-libertadores por no tener confianza en los ecuatorianos y así sentirse más tranquilo en el camino al título del fútbol ecuatoriano.
En la jornada anterior, con arbitraje brasileño, fue goleado por el último de la tabla de posiciones, el Deportivo Quito por 3 a 0 y los dirigentes canarios aplaudieron el regular desempeño arbitral.
Durante esta semana, el Idolo del Astillero se vio envuelto en una pugna entre el presidente Galo Roggiero y el técnico Mario Jacquet que se solucionó sólo con la mediación de los jugadores. No fue una semana normal de trabajo y se perdió tiempo antes de un crucial partido ante Emelec.
Tomo esto como referencia ya que el Clásico del Astillero será dirigido por árbitros ecuatoriano ante la negativa de todos los colegaido de Sudamérica y México para venir al Ecuador.
El comportamiento de los barcelonistas en la fecha anterior con los árbitros brasileños fue ejemplar, sin reclamos, sin levantar siquiera la cabeza para objetar un fallo arbitral.
¿Ocurrirá lo mismo el domingo? La respuesta es casi lógica, NO. Ya han existido otras ocasiones en que los jugadores ecuatorianos respetan al réferi extranjero y al compatriota lo tratan a la patada.
Pero no es por los árbitros que Barcelona está casi fuera de pelea por el título nacional sino por su falta de consistencia futbolística especialmente cuando ha jugado en Quito y principalmente en el estadio Olímpico Atahualpa.
Por eso, es bien traída la frase de que la "calentura no está en las sábanas".
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