miércoles, 25 de abril de 2007

VICTOR MARCHESINI: "SOY UN HOMBRE FELIZ"

Víctor Marchesini con su esposa Karina
A donde quiera que va siempre lleva puesto una sonrisa en el rostro como carta de presentación ante el mundo que se contagia cuando ve sus inquietos ojos risueños.
Llegó a Riobamba en abril del 2006, de paso, para visitar a su concuñado Gabriel Perrone, pero nunca imaginó que volvería para hacerse cargo del Olmedo y continuar con el trabajo que ya había visto.
“Riobamba tiene una gente muy cálida, cordial y me va a ser difícil retribuir ese cariño con mi trabajo”, dice Víctor Marchesini quien ama la tranquilidad y en esta ciudad pegó centro.
Para Marchesini el día laborable empieza a las 6h45 cuando en el desayuno le espera el infaltable mate y luego pule los detalles del entrenamiento diario con su preparador físico, Carlos Macchi. A la práctica llega siempre una hora antes y se devuelve una hora después de terminada. Luego del almuerzo, donde come de todo lo que le ofrezcan, hace siesta como cuando jugaba en Ferrocarril Oeste o en Boca Juniors. Y por la tarde todo lo que se venga, claro en torno al fútbol, observar videos, reuniones, planificaciones, etc.
Pero en la casa es un hombre normal, un jefe de hogar que cocina, cambia pañales, lava los platos, ayuda en la educación de sus hijos, en fin…
“Me gusta cocinar y la jardinería por que soy del campo, disfruto mucho de la tranquilidad y me adapto bien a Riobamba porque hay calma como en mi natal Gualeguaychu”.
Pero a los 20 años dejó esa tranquilidad para ir a Buenos Aires a probar suerte pateando a la pelota y no sólo que se hizo futbolista sino que encontró el amor. Marchesini vivía en la pensión de Ferrocarril Oeste y Karina iba siempre al gimnasio del club, “era la hija del técnico (José Timoteo Griguol), yo tenía 21 años y ella 14, ahí nació todo”.
Este caminante futbolero ha formado una gran familia que siempre lo alienta desde la grada con su esposa Karina y sus hijos Milagros (10 años), Federico (6 años) y María (1 año y medio).
Víctor Marchesini es un amante incansable de la lectura y no sólo de fútbol sino de distintos temas porque piensa que en el mundo no sólo se camina por un sendero sino por varios y para ello hay que estar preparado.
Y como todo caminante, Marchseini tiene una frase de cabecera que la va repartiendo por donde transita: “a todos les digo sé feliz, porque yo soy un hombre feliz, optimista, contento, alegre, y disfruto mucho del lugar donde esté”.

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