El Mundial de Alemania 2006 nos ha mostrado estadios espectaculares, uno mejor que otro, y con una modernidad y tecnología sorprendente.
Mientras cubrí la cita mundialista pude estar presente en los estadios de Gelsenkirchen, Hamburgo y Berlín. Los tres tienen su historia.
Mientras cubrí la cita mundialista pude estar presente en los estadios de Gelsenkirchen, Hamburgo y Berlín. Los tres tienen su historia.
Lo primero en lo que uno se fija es en su espectacular cubierta que tapa todo el escenario y que además es retráctil. Este estadio posee controles electrónicos de acceso. Se coloca parte de la entrada en una máquina y se ingresa sin dificultad.
Otra de las cosas impresionantes de este estadio es la pantalla cúbica de vídeo que posee en pleno centro de su bierta y en la cual se puede observar el partido con una nitidez impresionante.
La capacidad que tiene es para 52 mil espectadores que cuando llegan a entonar un sólo cántico, convierten al ambiente en ensordecedor pero apasionante.
Los parqueaderos que posee este estadio son otra espectacularidad. Están cubiertos por árboles en todo su entorno y son tan grandes que incluso uno se puede perder. Eso les sucedió a mis compañeros después del partido que Ecuador ganó 2-0 a Polonia. Ellos tomaron la misma ruta de ingreso pero luego se desviaron por una calle distinta, estuvieron perdidos dos horas en los parqueaderos. Fue imposible encontrarlos cuando fui a buscarlos.
Es el mejor estadio que he visto en mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario