Eso es lo que fue el equipo de Sonorama que cubrió el Mundial Alemania 2006, un verdadero grupo de amigos.
El equipo de Sonodeportes estuve comandado por Mauricio Rivas (Vicepresidente Ejecutivo), Carlos Sandoval (Director de Deportes), Ernesto Guerra (Comentarista), Leonardo Balseca (Reportero) y Cristhian Caiza (Reportero).
Durante nuestra estadía en tierras teutonas, muchas fueron las experiencias y anécdotas compartidas dignas de ser contadas una por una.
Nunca faltó una sonrisa o una carcajada en todos nuestros desplazamientos por las autopistas. Corríamos a una velocidad promedio de 190 km/h, en un automóvil al que bautizamos como "Aurelita". En realidad era al navegador, que con voz de mujer, al que dimos ese nombre. Se trata de algo impresionante, de un navegador con sistema GPS, que nos llevaba por toda Alemania indicándonos el trayecto con una precisión atónita. Sin Aurelita hubiéramos tenido muchos problemas en nuestros desplazamientos.
La rectitud y don de mando del señor Mauricio Rivas, tuvo que conjugarse con la alegría y espontaneidad del resto de integrantes para convertirse en uno de los más entusiastas y risueños. Era él quien conducía el vehículo y quien en una ocasión llegó a los 220 km/h, y no lo sentimos.
Para el doctor Carlos Sandoval, la tensión de llevar sobre sus hombros la reponsabilidad periodística de todo lo que hicimos en Alemania, lo dejaba muerto al final del día. Sin embargo, siempre tuvo su nota de humor en cada ocasión requerida. Era el camarógrafo oficial del grupo.
Un tema aparte merece el profesor Ernesto Guerra, pero el espacio es corto. El con su sapiencia que le ha dado la vida siempre fue el contrapunteador del grupo, especialmente con Mauricio Rivas, pero todo de una manera cordial y amena. Es el hombre que se sabe la "letra colorada". Hay mucho que aprender de él.
Leonardo Balseca quiso tomar otra profesión, la de guía. Mejor que continúe como reportero ya que en más de una ocasión sus cálculos y directrices nos jugaron una mala pasada. Fue mi compañero de habitación y de labor reporteril. Buen muchacho y con buenas cosas para aprender de él.
Sobre mí diré que lo mejor fue haber tenido a estos cuatro compañeros, a estos cuatro amigos allá en tierras lejanas. De cada uno de ellos aprendí algo diferente, algo nuevo. Los conocí en otras facetas y me alegro haber compartido mi primera experiencia mundialista con ellos.
El equipo de Sonodeportes estuve comandado por Mauricio Rivas (Vicepresidente Ejecutivo), Carlos Sandoval (Director de Deportes), Ernesto Guerra (Comentarista), Leonardo Balseca (Reportero) y Cristhian Caiza (Reportero).
Durante nuestra estadía en tierras teutonas, muchas fueron las experiencias y anécdotas compartidas dignas de ser contadas una por una.
Nunca faltó una sonrisa o una carcajada en todos nuestros desplazamientos por las autopistas. Corríamos a una velocidad promedio de 190 km/h, en un automóvil al que bautizamos como "Aurelita". En realidad era al navegador, que con voz de mujer, al que dimos ese nombre. Se trata de algo impresionante, de un navegador con sistema GPS, que nos llevaba por toda Alemania indicándonos el trayecto con una precisión atónita. Sin Aurelita hubiéramos tenido muchos problemas en nuestros desplazamientos.
La rectitud y don de mando del señor Mauricio Rivas, tuvo que conjugarse con la alegría y espontaneidad del resto de integrantes para convertirse en uno de los más entusiastas y risueños. Era él quien conducía el vehículo y quien en una ocasión llegó a los 220 km/h, y no lo sentimos.
Para el doctor Carlos Sandoval, la tensión de llevar sobre sus hombros la reponsabilidad periodística de todo lo que hicimos en Alemania, lo dejaba muerto al final del día. Sin embargo, siempre tuvo su nota de humor en cada ocasión requerida. Era el camarógrafo oficial del grupo.
Un tema aparte merece el profesor Ernesto Guerra, pero el espacio es corto. El con su sapiencia que le ha dado la vida siempre fue el contrapunteador del grupo, especialmente con Mauricio Rivas, pero todo de una manera cordial y amena. Es el hombre que se sabe la "letra colorada". Hay mucho que aprender de él.
Leonardo Balseca quiso tomar otra profesión, la de guía. Mejor que continúe como reportero ya que en más de una ocasión sus cálculos y directrices nos jugaron una mala pasada. Fue mi compañero de habitación y de labor reporteril. Buen muchacho y con buenas cosas para aprender de él.
Sobre mí diré que lo mejor fue haber tenido a estos cuatro compañeros, a estos cuatro amigos allá en tierras lejanas. De cada uno de ellos aprendí algo diferente, algo nuevo. Los conocí en otras facetas y me alegro haber compartido mi primera experiencia mundialista con ellos.
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