Alguna vez, Hernán Darío "Bolillo" Gómez dijo que "a un grupo de amigos no le gana nadie". Esta frase ha sido recordada siempre por sus ex-pupilos y ahora la traigo a colación en la previa del partido por los cuartos de final de la Copa Libertadores de América entre Internacional de Porto Alegre y Liga Deportiva Universitaria de Quito.
Y es que con la crisis que vive el cuadro universitario por la salida de su técnico, Juan Carlos Oblitas, y por el rompimiento de relaciones entre jugadores y dirigentes, el grupo se ha unido como nunca. Prueba de ello es el partido ganado a El Nacional por 1-0 el sábado anterior en la Casa Blanca.
En dicho compromiso, se pudo observar cómo los jugadores se mataban por una pelota y cómo regaban de energía el campo de su estadio. Todo en homenaje a su entrenador. Y más notorio fue aquello cuando Agustín Delgado consiguió el único gol. Inmediatamente se lo dedicó a la hinchada -que había recriminado a los jugadores- haciendo la señal de silencio y con un corte de manga. Luego todos los jugadores fueron a abrazarse con Oblitas y el homenaje continuó.
Al final del partido, los abrazos volvieron y todo fue muy emotivo porque habría significado el adiós del técnico albo del fútbol ecuatoriano.
¿No son estas suficientes razones para pensar que los jugadores de Liga de Quito están férreamente unidos y firmes en el objetivo de clasificar a las semifinales de la Libertadores?
Creo que sí, y estoy seguro que, al igual que en la Casa Blanca, en Porto Alegre, los albos dejarán hasta la última gota de sudor para homenajear nuevamente a Juan Carlos Oblitas.
Y es que con la crisis que vive el cuadro universitario por la salida de su técnico, Juan Carlos Oblitas, y por el rompimiento de relaciones entre jugadores y dirigentes, el grupo se ha unido como nunca. Prueba de ello es el partido ganado a El Nacional por 1-0 el sábado anterior en la Casa Blanca.
En dicho compromiso, se pudo observar cómo los jugadores se mataban por una pelota y cómo regaban de energía el campo de su estadio. Todo en homenaje a su entrenador. Y más notorio fue aquello cuando Agustín Delgado consiguió el único gol. Inmediatamente se lo dedicó a la hinchada -que había recriminado a los jugadores- haciendo la señal de silencio y con un corte de manga. Luego todos los jugadores fueron a abrazarse con Oblitas y el homenaje continuó.
Al final del partido, los abrazos volvieron y todo fue muy emotivo porque habría significado el adiós del técnico albo del fútbol ecuatoriano.
¿No son estas suficientes razones para pensar que los jugadores de Liga de Quito están férreamente unidos y firmes en el objetivo de clasificar a las semifinales de la Libertadores?
Creo que sí, y estoy seguro que, al igual que en la Casa Blanca, en Porto Alegre, los albos dejarán hasta la última gota de sudor para homenajear nuevamente a Juan Carlos Oblitas.
Recuerden, "a un grupo de amigos no le gana nadie".
2 comentarios:
Very best site. Keep working. Will return in the near future.
»
En gran parte es verdad lo que sostiene el Bolillo, pero tampoco hay que dejar de lado que además es un juego por dinero; lo cual por lo general mueve montañas.
Publicar un comentario