martes, 2 de mayo de 2006

GABRIEL PERRONE CON PERFIL BAJO

A Gabriel Gustavo Perrone, su primera vez como director técnico le llegó lejos de su querida Argentina y cerca de cumplir los 41 años de edad. Lo hizo el 15 de abril. Y es que aunque el banquillo de suplentes le es muy familiar desde hace 12 años, formando parte de un cuerpo técnico, es con el Olmedo con quien se estrenó como entrenador titular de primera categoría. “Empecé a trabajar como entrenador en 1994 con Carlos Griguol en Argentina, siempre como asistente de él durante 10 años”. Perrone fue un defensa central que paseó su fútbol por River Plate -donde se inició y salió campeón argentino, de la Copa Libertadores de América y de la Copa Intercontinental-, Ferrocarril Oeste y FAS de El Salvador.
El gran Timoteo Griguol lo invitó a ser su asistente en Gimnasia y Esgrima de la Plata, Betis de España, Unión de Santa Fe, Rosario Central. Antes de llegar a Riobamba trabajó como segundo entrenador de Independiente de Avellaneda junto a Daniel Bertoni.
Se trata de un estratega que le encanta el trabajo de campo, es lo que le enseñó Timo –como llama cariñosamente a Griguol-. “Lo que siempre me ha enseñado (Timo) es una sola forma de trabajar, la de estar todo el día y todos los días en el campo de juego, dedicarle mucho tiempo al entrenamiento”.
Es un técnico que se adapta a los jugadores y que gusta del orden, la disciplina táctica, del buen trato a la pelota. Siempre busca que su equipo sea agresivo y permanezca mucho tiempo en el campo contrario. “Me adapto a lo que haya en el plantel. Estoy acostumbrado a jugar en los últimos años con tres defensores, cuatro volantes, un enlace y dos delanteros. Sin embargo, me adapto a dos líneas de cuatro…, no hay problema”, señala Perrone.
Allá por el 97, Perrone se estrenó como técnico dirigiendo a Gimnasia y Esgrima de La Plata, en un torneo de verano en Necochea. Griguol, que era el técnico principal, se fue de vacaciones, y él quedó a cargo del primer equipo debutando ante Rosario Central.
Con Olmedo es su primera vez, como aquella que no pudo jugar todo un año por una rotura de los ligamentos cruzados. Como la primera vez que vio los ojos de Mariana, la hija mayor de Carlos Timoteo Griguol, allá por 1990 y con quien ahora comparte su vida. Como la primera vez que fue padre con Lautaro, y luego con María Guadalupe.
Así, de la misma manera, es su romance con el Olmedo. Por eso va tercero en el campeonato y está a punto de clasificar a la liguilla pre-libertadores. Y todo sin mucho ruido, con perfil bajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I really enjoyed looking at your site, I found it very helpful indeed, keep up the good work.
»