Aún tengo en la cabeza la imagen del equipo en el camerino antes del juego con Arsenal. Los veía concentrados, listos para dar la sorpresa.
Hasta ese momento, Liga era una incógnita para todos. Nadie sabía qué podíamos hacer. El 12 de marzo, cuando la puerta del camerino se cerró, dije una frase que caló dentro de la intimidad del grupo: Muchachos, aparte de los que estamos en este cuarto nadie cree en nosotros. Vamos a demostrar lo que somos capaces.
Ese fue el primer momento clave en esta gran campaña del equipo. En Sarandí, Liga consiguió una victoria histórica con el gol del ‘Pato’ Urrutia, quien ha mostrado autoridad y personalidad al interior de este plantel.
Pero el equipo nunca se conformó. Los jugadores querían más. Le ganamos a Arsenal, pero quedó la sensación de que se pudo sufrir menos. Por ello, en el juego de vuelta, en Quito, mostramos contundencia al golear al Arsenal 6-1. Así aseguramos la clasificación a la segunda etapa.
Esa era la primera consecuencia del juramento que, a inicio de año, hicieron los jugadores en el complejo de Pomasqui. Los líderes Alfonso Obregón, Patricio Urrutia, José Cevallos tenían un concepto claro: Liga es el mejor equipo ecuatoriano; fue el campeón del 2007 con una campaña estupenda. Ahora había que brillar en América, demostrar que teníamos con qué pelear.
El camino del éxito es así. Hay que tener un sueño, pensar en grande y trabajar mucho para conseguirlo. Para afrontar esta Copa, el equipo entrenó a doble y triple jornadas con el preparador físico Bruno Militano.
Hay que ser sinceros. Al inicio del año nadie hablaba de finales. Inicialmente queríamos llegar a los octavos. Pero sabíamos que había un grupo unido, con personalidad y ambición.
El plantel siempre fue fuerte anímica y físicamente. Entonces llegó el segundo momento clave de la Copa: vencer a Estudiantes de La Plata en los octavos de final.
El primer tiempo en Quito fue durísimo. Ellos se cerraron bien y nos cortaron las vías de acceso al gol. En el entretiempo bajé las gradas del camerino y le dije a mi asistente Daniel di Leo ¡Puta qué difícil está este partido!
El encuentro de vuelta en La Plata fue igual de intensa y dramática. Con Esteban Paz decidimos quedarnos en Buenos Aires porque en la sede de Estudiantes había un ambiente de mucha euforia. Optamos por la tranquilidad.
Un sector de la prensa argentina nos minimizó. Creían que Estudiantes nos iba a ganar fácil. Los comentarios me molestaron. Cuando estuve en la intimidad del camerino surgió otra frase que patentó toda nuestra lucha: ¡Nos tienen que matar para eliminarnos! les dije a los jugadores y ellos entendieron el mensaje.
En la cancha, Estudiantes nos metió en nuestra área a pelotazos. Sin embargo, el gol de Luis Bolaños fue clave, ratificó la superioridad que mostramos.
Un líder es un jugador que tiene experiencia y jerarquía y que sabe transmitirlas. Y uno de ellos en Liga también es Norberto Araujo. A él los periodistas lo consideran parco, pero él es muy bueno para el equipo. Siempre habla con sus compañeros y aporta soluciones.
En los cuartos de final nos enfrentamos con San Lorenzo, que para mí era más un equipo mediático. Creo que debimos ganar esa serie en los 180 minutos y no en los penales, porque fuimos superiores. Cuando el juego de Quito se acabó me acerqué a José Cevallos y analizamos a los lanzadores de penales de ellos.
Le dije que cuando les toque el turno a Andrés D’ Alessandro y Adrián González se tire a la izquierda. En cambio, coincidimos con ‘Pancho’ en que Aureliano Torres lo iba a cobrar a la derecha. Así anotó el penal cuando ganaron al Potosí en Bolivia. Y es así que ‘Pancho’ Cevallos se lanzó a la derecha y atajó el penal clave para seguir con vida en la Copa.
En Liga no hay espacio para la improvisación. Con Di Leo siempre observamos mucho fútbol y tratamos que nuestros jugadores estén informados del rival. Hace año y medio le pedí a la directiva que compre un ‘software’ para espiar a nuestros rivales.
El programa recopila imágenes de nuestros adversarios. Nos interesa saber cómo atacan, cómo defienden... Javier Burbano hace ese resumen para nosotros y antes de cada partido de la Copa nos entregaba un disco compacto de 20 minutos que yo proyectaba al equipo el día anterior a los partidos.
En las semifinales con América, ya todo el mundo hablaba de Liga como la sorpresa de la Copa. La serie con los mexicanos fue angustiosa, pero se hizo justicia y se clasificó el equipo que hizo mejor las cosas . ¡Enmudecimos a 100 000 personas en el Azteca!
Hoy estamos listos para afrontar la final. Antes de entrar a la cancha les recordaré a los jugadores todo lo que nos costó llegar hasta aquí. Ellos tienen la camiseta de Liga prendada en su alma. ¡Fluminense va a tener que matarlos para pasarlos por encima!
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